Venga, vamos a ser sinceros, ese sofá en el que te desparramas para ver series, leer o echarte esas siestecitas gloriosas, no se limpia solo. Y aunque a simple vista parezca tu refugio seguro, podría estar lleno de historias no tan agradables. No quiero asustarte, pero entre migas, pelos (de mascotas y no), un sinfín de bacterias, ese sofá pide a gritos una limpieza profunda más a menudo de lo que crees. Pero, ¿cada cuánto es ese «a menudo»?
La regla no escrita de la limpieza del sofá
Aquí no hay ciencia exacta, pero el consenso general (y el sentido común) sugieren que una buena limpieza profunda cada 6 meses no estaría nada mal. Claro, esto puede variar. Si tu sofá es el centro de reuniones familiares, fiestas o si tienes niños y mascotas, quizás quieras hacerlo más seguido. La idea es no esperar a que el sofá cambie de color o que te salude con una nube de polvo cada vez que te sientas.
Antes de seguir, si estás pensando en cómo mantener tu sofá en perfecto estado sin tener que convertirte en un experto en limpieza de tapicerías de la noche a la mañana, te recomiendo que eches un vistazo a la web de Aladinos limpieza de tapicerías que están especializados en este tipo de trabajos.
¿Por qué limpiar el sofá y no solo porque se vea bonito?
Más allá de la estética, que también cuenta, limpiar el sofá es una cuestión de higiene pura y dura. Piénsalo, pasas mucho tiempo ahí, ¿verdad? Eso significa que no solo se acumulan suciedad y polvo, sino también ácaros, bacterias y hasta virus. Estos no solo pueden afectar la calidad del aire en tu hogar, sino que también pueden desencadenar alergias o enfermedades respiratorias. Así que, sí, al limpiar estás cuidando tu salud y la de los tuyos.
Pero no termina ahí. ¿Sabías que un sofá sucio puede ser el hogar perfecto para el desarrollo de moho y hongos debido a la humedad, ya sea por derrames no limpiados adecuadamente o simplemente por el ambiente? Esto no solo es un riesgo para la salud, especialmente para aquellos con sistemas respiratorios sensibles, sino que también puede dejar un olor desagradable que se filtra por toda la casa.
¿Y cómo empezamos la limpieza?
Bueno, para la limpieza diaria o semanal, un buen aspirado y pasar un paño húmedo (dependiendo del material del sofá) puede ser suficiente. Pero para una limpieza profunda, hay que meterse en harina. Esto incluye lavar fundas si son extraíbles, utilizar productos específicos según el tipo de tejido y, si es posible, optar por una limpieza profesional cada tanto.
¿Vale la pena llamar a los expertos?
Aquí entra la pregunta del millón, ¿contrato a alguien? Pues, depende. Si tu sofá es de un material delicado, si tiene manchas que parecen obras de arte abstracto o simplemente si quieres asegurarte de que quede como nuevo, llamar a profesionales es una buena jugada. Estos expertos de la limpieza tienen las herramientas, los productos y, sobre todo, la experiencia para dejar tu sofá impecable sin dañarlo.
Que sí, que limpiar el sofá puede ser una lata, pero es una de esas latas necesarias. No solo por una cuestión de que tu sala se vea presentable, sino por salud. Y ya que estás, cuando llames a los profesionales, aprovecha para preguntar por una limpieza general de tapicerías; así, te quitas de encima varios pájaros de un tiro.
Así que ya sabes, levántate del sofá (después de terminar de leer esto, claro está) y dale una buena mirada. Si te parece que te devuelve la mirada con una capa de polvo, ya estás tardando en darle una buena limpieza. ¡Ánimo, que ese sofá te lo agradecerá!