Por fin llegó la hora de dejar atrás los confinamientos e ir recuperando nuestra vida normal poco a poco. Pero hay que tener una cosa muy clara, atrás ha quedado el confinamiento, pero no el virus. La pandemia sigue activa, el virus sigue ahí, y ahora mas que nunca las medidas de precaución y la responsabilidad personal es más importante que nunca.
Ahora que se acerca el calor, una de las actividades más esperadas es la apertura de las piscinas, tanto de las comunitarias como las públicas. Todos estamos deseando tener un alivio dándonos un baño fresquito para aplacar la llegada de la primera ola de calor.
Pero la apertura de las piscinas, como todas las aperturas dentro de la nueva normalidad, también conlleva varios riesgos. Mucha gente junta, relajación en el distanciamiento social y en el uso de las mascarillas, sobre todo en los niños.
Las comunidades de vecinos en Granada fueron las primeras en dar la voz de alarma sobre los posibles riesgos que puede conllevar la apertura de zonas comunes en las comunidades de propietarios y la necesidad de tener un plan de prevención muy bien planificado para evitar posibles contagios que deriven en una cuarentena preventiva del edificio o casos más graves.
El colegio de administradores de fincas ha fijado unas directrices comunes para facilitar el cumplimiento de la responsabilidad por parte de los vecinos, no obstante, están surgiendo varias ideas a nivel local que pueden ser útiles a nivel global. Estas son algunas de ellas:
Medidas de prevención para piscinas comunitarias
- La medida más importante según el consenso de todas las instituciones y organizaciones es la de mantener el distanciamiento social y controlar el aforo a la piscina. Que se haya habilitado la posibilidad de hacer uso de las piscinas comunitarias no quiere decir que todos los vecinos puedan usarla a la vez. Algunas comunidades están optando restringir el aforo a un 30% y establecer un tiempo máximo de estancia en la piscina para garantizar de esta manera que todos los propietarios puedan hacer uso de ella.
- Otra opción que se está implantando de forma masiva es proporcionarle al socorrista un equipo de desinfección mediante mochilas de fumigado. Esto suele ir aparejado al cierre temporal dos o tres veces al día de la piscina para que pueda limpiar todas las zonas de contacto y posible contagio. Los propietarios salen de la piscina unos minutos y pueden volver una vez esté todo higienizado.
- También es muy importante desactivar las duchas y poner a disposición de los vecinos elementos de prevención como dispensadores de geles hidroalcohólicos. Las duchas se deben anular para evitar posibles contagios ya que esa agua no lleva cloro y carece de protección. En el caso de los geles, son útiles para mantener una higiene con los vecinos que estén haciendo uso prolongado del resto de zonas comunes antes de entrar a la piscina.
Como veis, con la cooperación de todos y la responsabilidad colectiva se puede seguir disfrutando del ocio y de las actividades refrescantes. Es cuestión de adaptarse. Al principio algunas de estas medidas pueden resultarnos un poco molestas, pero a la larga veréis como enseguida os hacéis a ellas y podéis disfrutar de las piscinas como en años anteriores.